domingo, 23 de noviembre de 2014

PESTAÑAS DE INFARTO: ABÉÑULA BLANCA Y SHU UEMURA



Para los que me conocen no es ningún secreto que tengo unas pestañas que dan pena. Pequeñas, muy rubias y escasas. Pleno al quince!. Nunca me las he cuidado y eso ha favorecido que cada vez las tenga peor. Sin embargo este año decidí ser un poco constante y ver si aplicando pequeños trucos de amigas, conocidas e Internet conseguía que estas mejoraran.

El primer intento fue con aceite de jojoba. Lo cierto es que las revitalizaba pero conseguí que el párpado se me engrasara en exceso así que tuve que dejarlo. Además, el aceite no le sentaba bien a los ojos, ya que los tengo muy sensibles, así que este remedio lo deseché en poco tiempo.

No tardé en descubrir un producto que me está fascinando: Abéñula blanca. Una cremita en tubito que según parece es un “truco de abuela” que se encuentra fácilmente en cualquier farmacia, cuesta alrededor de 4 ó 5 euros y cunde muchísimo. 

 
 

Lo utilicé como desmaquillante de ojos durante varios días, ya que es uno de sus usos, pero aunque me encantaba su manera de retirar los cosméticos y el poco daño que me hacía a los ojos, no notaba nada en las pestañas.  descongestión.

Así que rastree los blogs de otras colegas y observé que son muchas las que lo utilizaban como tratamiento de pestañas, echándoselo cada noche. Su fórmula está indicada para que su uso en los ojos no sólo no los irrite si no que favorezca su descanso y


Ahora no falta en mi ritual diario y tras desmaquillarme los ojos con un desmaquillante específico ( suelo usar el de La Chinata para el día a día por su suavidad y el bifásico de Sephora para cuando me he maquillado un poco más) aplico mi Abéñula blanca en un gupillón ( cepillito para echar el rimel en las pestañas, eso sí, bien limpito) y a dormir.
A la mañana siguiente las pestañas se ven brillantes y más espesas y en poco más de una semana he notado sus resultados. Si que es cierto que los primeros días se me caía algún pelito, pero creo que lo que hacía el producto es eliminar las pestañas muertas porque ahora las tengo francamente bien y pienso seguir utilizándolo

Después de lavarme bien la cara con el jabón exfoliante al aceite de oliva de La Chinata, me preparo para hacer que mis nuevas pestañas se vean aún más bonitas. Y es ahora cuando aprovecho para hablaros de un nuevo producto indispensable en cualquier neceser que se precie: el rizador de pestañas. 

Es muy importante escoger un buen rizador. Los hay de muchos tipos y no siempre el más caro es el mejor. Tras leer muchas opiniones y descartar el rizador de pestañas térmico, porque creo que para el día a día las estropea demasiado, opté por el rizador de Shu uemura por los buenos comentarios que encontré sobre él. Lo he conseguido por Internet porque no se vende en España, pero he de deciros que la espera y los 20 euros que me ha costado merecen la pena


Lo primero que os tengo que comentar  es que este rizador consigue coger todas las pestañas casi en su totalidad sin esfuerzo, algo que no conseguía con los otros, y con una liguera presión obtengo un rizado que me dura todo el día. Para evitar el efecto L que suelen dejar algunos rizadores, es fundamental aplicarlo bien, primero presionando suavemente en el borde del nacimiento de las pestañas, a ras del párpado, sin pillarnos nada de carne y luego subir un poquito el rizador hasta las puntas y dar una nueva presión para dejarlas perfectas.

Tras esto aplicamos el rimel, aunque yo llevo varias semanas utilizando un rimel blanco de base que me alarga y espesa aún más las pestañas. El mío es de Kiko pero hay muchos más en el mercado. Sólo una advertencia: echar el rimel blanco y dejarlo secar unos minutos antes de aplicar las máscara de pestañas de color, así evitáis las catástrofes que montaba yo los primeros días. 


Y otro truquito más. Yo al tener las pestañas muy rubias nunca me he visto bien con el rimel negro, así que siempre utilizo el marrón, que me da color pero no me deja una apariencia tan artificial. Ahora también utilizo rimel morado, que queda fantástico con ojos color miel o verdosos. Tanto Kiko como Rimmel London los tienen a muy buen precio para que los probéis. Agranda aún más la mirada y junto con el truquito que os día de poner una línea dorada en la parte de abajo del ojo os aseguro que el efecto cansancio desaparece de inmediato.