domingo, 5 de octubre de 2014

ACEITE DE ARGÁN: ORO LÍQUIDO PARA TU PIEL



La primera vez que oí hablar del aceite de argán fue hace díez años durante un viaje a Marruecos donde, en una visita guiada a una tienda de cosmética natural, nos informaron de varios productos entre los que se encontraba este supuesto líquido utilizado desde tiempos inmemoriales para obtener la juventud eterna. No lo compré. El precio era muy elevado para un supuesto serum que no se comercializaba demasiado en España. 
Ahora cual ha sido mi sorpresa que raro es el sitio donde no encuentras aceite de argán. Incluso hay stands en el metro donde te lo ofrecen a muy buen precio.
Pero al igual que con otros cosméticos, no todo vale y no es lo mismo un aceite de argán que otro.
Pero… ¿cómo saber que no me están dando gato por liebre y que de verdad estoy invirtiendo en el verdadero?. 

Lo primero que debes saber es que el aceite de argán es un aceite en seco que se absorbe muy rápido, por lo que si te cuesta que el producto penetre quizá no sea argán puro o su calidad sea bastante dudosa. Penetra muy rápidamente y no tiene una textura viscosa si no ligera y untuosa.
Lo segundo es su color. Es más clarito que el aceite de oliva virgen pero traslúcido. No fiarse de aceites demasiado claritos ni demasiado oscuros.
El tercer punto que tienes que tener en cuenta es su olor. Carece del mismo, señal de que ha sido prensado en frío de semillas no tostadas, manteniendo todos sus beneficios.
Aunque lo mejor a la hora de seleccionar un buen aceite de argán sea quizá confiar en una buena marca ecológica que se encargue prácticamente en exclusiva de su fabricación.


Es un aceite difícil de obtener, cuyos árboles originales se encuentran tan sólo en el sur de Marruecos, por lo que el hecho de que ahora haya aceite de argán en cualquier marca nos puede hacer sospechar que no todos son igual de buenos. Su fuerte demanda en Europa ha hecho que muchas firmas cosméticas no comercialicen el auténtico, utilizando para ello precios mucho más asequibles de lo que normalmente nos costaría el aceite puro.
En las farmacias y parafarmacias puedes encontrar aceites muy buenos ecológicos donde también notarás la diferencia no sólo en los beneficios que obtendrás en la piel si no también en el bolsillo. Pero como siempre os digo, en productos buenos, que te van a durar mucho tiempo es donde de verdad debes invertir. 

¿Si mi aceite proviene de Marruecos será más auténtico que cualquier otro? Pues la verdad es que no. He leído en muchos artículos que tanta ha sido la demanda del producto que muchas veces venden aceite de cocina como auténtico aceite de argán.

Así que yo prefiero confiar en marcas ecológicas que a un precio considerable me ofrecen aceite de argán de lo que yo hasta ahora creo que es buena calidad. 

Yo llevo desde hace un año utilizando el aceite de argán de la marca Arganoil, cuyo único ingrediente es el aceite de argán. 


No me salió barato pero he de decir que un solo botecito dura muchísimo. Lo utilizo en las arruguitas que van saliendo, en manchitas y mezclado con crema (Nivea, la de la tapa azul, sin duda me parece la mejor crema para mezclar cualquier aceite) para las estrías del pecho y de la cadera. Y sí, he de deciros que con constancia he observado muy buenos resultados pero tampoco os penséis que es un producto que borra cualquier tipo de imperfección, más bien las suaviza dándoles un aspecto regenerado. 

Sinceramente me gusta más su aplicación en el cuerpo que en la cara pero para gustos colores. Así que no dudes en experimentar y en descubrir los beneficios de este aceite milenario en tu piel o en tu cabello, ya que aunque no soy muy amante de echarme aceite en el pelo, sus propiedades también lo hacen un excelente serum de belleza de capilar que aporta hidratación a los cabellos más deshidratados.

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